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80 ÁREA DE SEGURIDAD
Respectos a las armas que llevaban varían
según el tirano que los armaba, así hemos visto
que Pisistrato le doto de una maza, y su
guardia era conocidos como maceros y la maza
adquirió un simbolismo de dignidad y de
mando.
Otros los doto de lanza como arma de más
dignidad, y fueron conocidos por meroforos, es
decir, que portaban lanza. Pero otros
adornaron las lanzas con una manzana antes
de la punta, imitando a los lanceros de la corte
persa y se les llamaron doriforos, es decir que
llevaban manzanas.
Por último, la vida del tirano según Platón y
Jenofonte la describen como la de alguien que
se halla siempre atemorizado, rodeado de su
guardia que no puede asistir a espectáculos, es
decir, vive esclavo de su propio poder.
Los espías
Otra fuerza o cuerpo organizado en las tiranías
eran los espías y al hablar de espionaje nos
referimos a los tres tipos clásicos, que
podemos resumir en tres, la inteligencia militar, sociedades organizadas.
en la que se pretende averiguar con antelación
los movimientos que se dispone hacer el
enemigo, la inteligencia política entre estados y surgidos al amparo del poder absoluto; que
el espionaje dentro del propio estado, aquel
que tiene como objetivo último el control de la
población. Nos referimos aquí brevemente a las
dos primeras clases de espionaje, y con
determinados a la tercera, por ser ésta, la que
podríamos definir como de menor categoría,
compuesta sobre todo de infiltrado y delatores,
la que nos ha quedado, por esa misma razón,
testimoniada como propia de las tiranías.
El espionaje entre ejércitos se encontraba,
como es natural, ampliamente extendido en el
mundo griego, lo realizaba los conocidos como
exploradores y en tiempos de guerra se
mandaba personal para infiltrarse en las filas
enemigas.
En cuanto a la inteligencia entre ciudades
estado, qué duda cabe que debió de jugar un
papel importante en la vida política de los
griegos, especialmente como indica C.G.Starr,
en época como la inmediatamente anterior a la
Guerra del Peloponeso, en la cual tales
informaciones resultaban vitales para ambos
bandos. Para todo ello, además del libro ya
citado de C.G Starr, resulta muy interesante la
obra de A Gerolymatos, quien atribuye el peso
de la inteligencia militar a los distintas polis,
cuya misión, en principio, consistía en mirar por
los intereses de otra polis en la suya propia,
cumpliendo en cierta medida las funciones de
un cuerpo diplomático.
Y, por lo que se refiere a la tercera clase de
espías, ya hacíamos referencia anteriormente a
la necesidad, por parte de un gobernante
absoluto, de un control de la población, que va
más allá de la simple vigilancia policial.
El tirano precisa estar informado de los brotes
de oposición de los ciudadanos, de las posibles
conspiraciones de sus súbditos. En este
contexto, es fácil, que espontáneamente
aparezcan delatores, e igualmente, que el
poder los aliente lo organice.
Probablemente la existencia del delator sea tan
antigua como la misma existencia de la las
Aparecen también los sicofanta (delatores)
intrigan mezclándose entre la población e
informar al tirano, pero parece que no de
manera espontánea, sino dedicado a ello casi
profesionalmente. Un tirano que utilizaba estos
métodos para obtener información de su pueblo
era Dionisio de Siracusa que empleaba, para
controlar a la población a este tipo de
individuos, y más concretamente de mujeres
como las cantantes y la heteras.
Evidentemente, esta mención de agentes y
espías o “escuchas podrían referirse, en último
término a los llamados ojos y oídos de los
reyes persas. Estos supuestos oficios al
servicio del gran rey parece haber sido muy
populares entre los griegos. Otro cargo que
existía en la sociedad griega era el que se
suele traducir como en introductor de mensajes
y que parecen otorgados a los eunucos,
funcionarios palatinos de gran influencia.